¡Cuánto mal hacen los rumores!
Juegan con las obsesiones humanas. llevan al paroxismo en los momentos críticos, cuando el egoísmo nubla al raciocinio y la paranoia reina en los corazones.
El ser humano es una raza débil y egoísta. Lo sé. Puedo ser como ellos.
martes, 26 de junio de 2007
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