sábado, 4 de agosto de 2007

Me siento solo. Te busco y no estás, porque no quieres estar.
Y el violín suena y lloro sus dulces tonos, cayendo por mi rostro notas de pena.
Te busco constantemente. Sé que ahí estás, pero no quieres que te encuentre. Y la angustia que me corroe acaba destruyéndome en el silencio, porque no puedo compartirlo con nadie.
Ni contigo. Mi causa y razón de vivir.

No hay comentarios: