viernes, 23 de enero de 2009

Te sorprendes: sí, quiero toda una vida contigo. Una buena vida, una vida buena.
Me asombra que te sorprendas; como un juego de tontos en el que ambos intentan hablar sin escucharse.
Pero has estado cerca de mí; me has tocado; has dejado que yo te toque. Te he venerado; has dejado que te adore. Me has hablado; abres las puertas y cierras las ventanas.
Juegas conmigo como un gato con su pelota de estambre. Me enamoras a gusto para dejarme después, lamiéndome las heridas de tu abandono.
Me dices que sí pero me dices que no.
Me sigue sorprendiendo que, conociéndote, no consiga olvidarte.Y que mantenga encendida, muy dentro de mí, esa llamita absurda, ese sueño inútil: sí, quiero una vida contigo.

No hay comentarios: