jueves, 18 de enero de 2007

Al chiquito, al grandote, al soñador de nadas.
Al romántico incurabe, al gruñón reventón.
Al que tiene fe. Y tiene esperanzas.
Al que encuentra en una sonrisa y en una lágrima razones para vivir.
Al chiquito que ama a Dios y a ti.
Sí: a todos los seres que se resumen en mí.

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