¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
Le pregunto al viento. Y me devuelve el eco de mi propio corazón.
¡Bump!
¡Bump!
¡Bang!
domingo, 15 de febrero de 2009
Me odio por quererte (Dios mío, ¿por qué te quiero?)
Me odio por ser incapaz de olvidarte.
Me odio por perdonarte.
Me odio por esperar expectante una llamada que nunca llega, una caricia al vacío o una palabra amable.
Me odio tanto que no puedo ni mirarme. Y dilapido mis sentimientos, desgasto mi corazón, esperándote, amparándote y queriéndote.
Me odio porque te quiero. Y al seguir en este empeño, me odio sin remedio.
Me odio por ser incapaz de olvidarte.
Me odio por perdonarte.
Me odio por esperar expectante una llamada que nunca llega, una caricia al vacío o una palabra amable.
Me odio tanto que no puedo ni mirarme. Y dilapido mis sentimientos, desgasto mi corazón, esperándote, amparándote y queriéndote.
Me odio porque te quiero. Y al seguir en este empeño, me odio sin remedio.
lunes, 9 de febrero de 2009
Apareces, remueves la tierra bajo mis pies, y te vas como has venido, sin cita, sin despedida, sin volveré mañana.
Hablas de esto y de aquello, de nosotros, de nosotros otra vez; cambias de conversación; retomas el nosotros pero con otro tono; y todo lo que era claro se transmuta en oscuro; todo el amor posible hecho probable se desvanece en las tinieblas de tu pensamiento y se hunde en el vacío de un no sé cuándo será.
Parece que me quieres, pero no me amas.
Lo único constante entre tú y yo es la imposibilidad, la debilidad, y el patetismo.
El mío, por ser incapaz de olvidarte; por desearte aunque me desprecies, y por extrañarte aunque me evites.
Hablas de esto y de aquello, de nosotros, de nosotros otra vez; cambias de conversación; retomas el nosotros pero con otro tono; y todo lo que era claro se transmuta en oscuro; todo el amor posible hecho probable se desvanece en las tinieblas de tu pensamiento y se hunde en el vacío de un no sé cuándo será.
Parece que me quieres, pero no me amas.
Lo único constante entre tú y yo es la imposibilidad, la debilidad, y el patetismo.
El mío, por ser incapaz de olvidarte; por desearte aunque me desprecies, y por extrañarte aunque me evites.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)