jueves, 16 de abril de 2009

Tuve. Ya no tengo.
No tengo sueños. No sueño nada; pues intento estar despierto, viviendo esta realidad vacía.
Para no soñar contigo.
Una recurrente pesadilla.
Tuve una vez un sueño, un sueño de ti, contigo.
Para crear me, mi, conmigo.
Tuve una vez un sueño, en el tiempo en que soñar parecía no costar nada, y todo parecía posible.
Todo: hasta tú.
¿Qué es ficción?
¿Y qué es realidad?
Tú. Imbricado en mi ser hasta el centro del universo de mí mismo, mi entera persona, mi todo.
Y mi nada. Porque nada eres ya y yo soy vacío.
Un vacío lleno de ti.
Eres la suma de todo. Eres la resta y la división de mi ser.
El mínimo común múltiplo, mi polinomio y mi coseno.
Odio las matemáticas.

miércoles, 15 de abril de 2009

Incluso el amor perfecto, ese que dura por siempre.
Incluso el mío por ti.
Incluso el mío.
Sí: el amor muere.
Sí: el amor es eterno.
El día que te amé por primera vez.
El día que fui consciente de que te amaba.
El día que te inmortalicé, que te adoré, que te deseé.
El día en el que me consagré a ti como en un sacrifico humano.
El día que me inmolé sin preguntarte, sin considerarte, sin elegirte.
¿Puede morir el amor?
Algo que nunca hemos compartido.
¿Qué es el amor?
¿Es eterno el amor?
Despertar tras un largo período de insomnio, de inerte ingravidez.
Los pasos se hacen grávidos; el corazón se detiene y la razón se erige en juez y parte, en demandante y sufriente; en castigador y pena.
El amor muere el día que nos damos cuenta de su fragilidad, de su tontería o su inutilidad.
El día que ni parches, ni muletas, ni brujerías pueden contener un dolor hiriente; una herida despegada; un alma rota; el amor se apaga de repente, como si nunca hubiera existido; o, aún peor, rodeado de las quemaduras del dolor.
El amor muere cuando los sentidos irrumpen en el corazón, cuando la razón toma el relevo del cansancio, la angustia, la espera, la decepción y el abandono.
Entonces lo sabemos, y miramos hacia otro lado; empleamos medidas de reanimación, como un enfermo terminal, un espejo roto o un futuro inalcanzable.
El amor muere cuando nos damos cuenta de su final.
Cuando las razones salen al paso,el amor cambia, se desmorona y desaparece.
Como una flor que cae al suelo y lentamente se convierte en humus, blanda materia llena de vida inanimada, inútil salvo en su potencialidad, en su posibilidad.
¿Qué hay de eterno en amar?
El acto, la fe, el sueño.
¿Lo demás? Puro silencio; silencio a oscuras.
¿Puede ser para siempre?
¿Puede morir el amor?