martes, 23 de junio de 2009

Y todo quedará atrás.
Sólo un sacrificio más, por ti. La última copa. El último beso. La última lágrima.
Ahora no sólo viviré en soledad, sino también rodeado de cenizas. De tus cenizas. De las mías.
Ahora lanzo al fuego todo; veo arder en sus llamas todo lo que fue, lo que pudo haber sido y lo que ya nunca será, ni siquiera en mi imaginación.
He luchado denonadamente por mantener un amor destructivo, por tenerte cerca, en mi cuerpo y en mi mente, para nunca olvidarme de ti. Pero no mereces este esfuerzo titánico; si te preguntase, nunca te interesaría saber el precio, el esfuerzo ni el resultado.
He luchado, rompiéndome en el proceso, destrozando en esa lucha contra lo imposible mi propia estabilidad, mi sentido común y mi alegría.
La Noche de San Juan se abre a mis ojos. Una hoguera gigante arde en mi corazón destrozándolo todo.

jueves, 11 de junio de 2009

Me odio por ti.
Y, mientras me odie, nunca habrá paz.
Me odio porque no me acerco ni remotamente a la mejor imagen de mí.
Me odio por mi obsesión, y mis justificaciones, y mis flaquezas.
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿POR QUÉ?
¿Por qué no puedo pasar de ti como tú de mí?
¿Por qué el amor, si es amor, es tan doloroso?
Me odio porque te quiero.
Porque soy incapaz de olvidarte.
Me odio.