martes, 21 de julio de 2009

Siento que nace lava ardiendo de mis entrañas. Es como gestar un infierno, que se mueve y carcome y desahucia. Debo abrir una incisión certera para exprimir esta infección hasta la última gota, veneno sin igual que empalaga mi alma incierta.
Un cáncer crece en mi interior y se extiende continuo hasta segarme las alas.
Soy frágil, irónico, inválido, mutante, mutado, mentado y olvidado. El amor me dejó porque nunca me poseyó por completo. Y ahora debo buscar en un erial la joya que prenda en mí el nuevo deseo, la nueva fuente, el nuevo ser. Si puedo.

1 comentario:

Jarttita. dijo...

Lo del amor como cáncer siempre está bien. ¿Qué otra forma hay de amar?