lunes, 6 de noviembre de 2006

Sangre constante en mi corazón. Sangre de arterias, que corre latido a latido impregnando cada recodo de mi ser. Sangre de venas, que huye lastimera dejando tras de sí restos de olvido.
Mi corazón llora; mi alma permanece inmune a su estado. Impasible, impávida. Vela tranquila, incólume a las lágrimas, sorda a los sentimientos que borda mi corazón imposible, manchado.
Me hago daño y lloro sangre que brota de la herida gota a gota, dejando a mi ser exangüe.
Pálido, sediento de amor, cansado, hambriento.
Así recorro día a día el mapa de mi vida, con el corazón en la boca.

No hay comentarios: